Las 5 excusas más comunes para no hacer skincare (y cómo vencerlas sin trauma)

Las 5 excusas más comunes para no hacer skincare (y cómo vencerlas sin trauma)

Cuidarte la piel no es superficial. Es una forma de conectar contigo misma, de hacer una pausa en el ruido, de sentirte bien en tu cuerpo. Pero incluso sabiendo esto, muchas veces dejamos el skincare de último, o directamente lo abandonamos. ¿Por qué?

 

Spoiler: no es falta de tiempo. No es pereza. Son excusas que repetimos tanto que terminan pareciendo verdades. Y hoy vamos a enfrentarlas de frente. Desde una mirada de autocuidado realista y con principios del skincare coreano, esa rutina que, más allá de cremas y texturas, tiene una base clara: cuidarte con intención.

 

Excusa #1: “No tengo tiempo”

 

Esta es la reina de las excusas. Pero más que falta de tiempo, lo que suele haber es falta de prioridad. Porque sí, el día tiene solo 24 horas y estamos llenas de responsabilidades, pero... ¿realmente no tienes 5 minutos? ¿10 como máximo?

 

La filosofía coreana del cuidado de la piel no se trata de rutinas eternas. Se trata de crear rituales diarios, por breves que sean, que te reconecten contigo. Incluso un solo paso hecho con intención ya es un cambio.

 

Cómo vencerla:

  • Simplifica: una buena limpieza + hidratación + protector solar pueden ser suficientes para empezar.
  • Asócialo a otra rutina: haz tu skincare mientras escuchas música, un podcast corto o mientras esperas que el café esté listo.
  • Cambia el chip: no es "perder tiempo", es invertir en ti, para empezar o cerrar el día de forma más consciente.
  • Tip práctico: deja los productos visibles y listos en un solo sitio. Si están guardados o regados por todos lados, te dará más flojera buscarlos.

 

Excusa #2: “No sé por dónde empezar”

 

Totalmente válida. La información sobre skincare puede parecer abrumadora. Que si el pH, que si los activos, que si las capas... Parece un lenguaje secreto. Pero no necesitas convertirte en experta para empezar.

 

La rutina coreana tiene fama de ser compleja, pero en realidad se basa en escuchar tu piel y construir desde lo básico. Nada de fórmulas mágicas. Solo consistencia y suavidad.

 

 

Cómo vencerla:

  • Piensa en lo esencial: limpiar, hidratar, proteger. Si haces eso bien, ya estás del otro lado.
  • Observa tu piel, no las redes: ¿Se siente tirante? ¿Grasa? ¿Opaca? Empieza por ahí. No todas necesitamos lo mismo.
  • Confía en el proceso: no necesitas hacerlo todo perfecto. Lo importante es empezar y ajustar en el camino.
  • Reflexión: no necesitas saber todos los ingredientes, solo entender que mereces cuidarte con lo que te hace bien.

 

Excusa #3: “Mi piel no lo necesita”

 

Esta excusa suele aparecer con frases como “yo nunca he tenido acné”, o “mi piel está bien sin nada”. Pero el autocuidado no se trata solo de resolver problemas, sino de prevenir, mantener y conectar.

 

La piel cambia con el clima, la alimentación, el estrés, las hormonas. Aunque ahora se vea bien, el cuidado constante ayuda a mantenerla saludable a largo plazo. Además, hacer skincare va más allá del resultado visible: es un acto de respeto hacia ti misma.

 

Cómo vencerla:

  • Piensa en el futuro: tu piel de hoy es el resultado de tus hábitos pasados. ¿Cómo quieres que se vea y se sienta dentro de cinco años?
  • Hazlo por ti, no por los demás: no necesitas una “razón externa” para cuidarte. Tu bienestar ya es suficiente motivo.
  • Escucha las señales: piel tirante, puntos negros, resequedad… a veces nos acostumbramos al malestar y lo normalizamos. La piel siempre habla.
  • Frase ancla: “No necesito estar mal para empezar a cuidarme.”

 

Excusa #4: “Estoy demasiado cansada”

 

Después de un día largo, lo último que quieres es enfrentarte al espejo. El cansancio es real. Pero también es cierto que ese momento frente al espejo puede ayudarte a cerrar el día con calma en lugar de seguir acumulando tensión.

 

El skincare coreano no es solo técnica, es ritual, pausa, momento de presencia. Si estás agotada, un masaje con tu limpiador, unas gotas de tónico aplicadas con las manos, pueden ayudarte más de lo que imaginas.

 

Cómo vencerla:

  • Menos pasos, más intención: no necesitas hacer los 10 pasos. Elige uno solo y hazlo bien. Aunque sea ponerte crema con un poco de respiración profunda.
  • Convierte tu rutina en un ancla: es tu señal de que el día terminó, de que estás a salvo, de que estás cuidándote.
  • Sé flexible: si un día solo puedes lavarte la cara y ponerte una crema, haz eso. La clave está en la constancia, no en la perfección.

 

 

  • Autoacuerdo: “Estoy cansada, pero merezco 3 minutos para mí.”

 

Excusa #5: “No me siento bien conmigo misma”

 

Esta es la más dura y también la más común, aunque no siempre se dice en voz alta. Hay momentos en los que no queremos vernos en el espejo. Sentimos que nada sirve. Que cuidarnos no tiene sentido porque “igual me veo mal”, “no tengo energía” o “esto no es para mí”.

 

Pero justo en esos momentos es cuando más necesitas cuidarte. El autocuidado no es el resultado de amarte. Es el camino hacia el amor propio. Cuidarte no es vanidad, es una forma de sanar.

 

Cómo vencerla:

  • Empieza por el acto, no por la emoción: aunque no tengas ganas, toma el limpiador y lávate la cara. Hazlo como quien riega una planta que no florece todavía, pero lo hará.
  • Replantea el propósito: no es para “verte bonita”, es para recuperar tu espacio, tu tiempo, tu conexión contigo.
  • Acompáñalo de otros cuidados reales: duerme mejor. Bebe más agua. Come alimentos frescos. Respira hondo. Cuidar tu piel puede ser el primer paso para cuidar el resto.
  • Mantra: “Hoy no me siento bien, pero aún así, merezco cuidado.”

 

¿Y si lo ves como un ritual, no una obligación?

 

El skincare coreano no es sobre acumular productos. Es sobre crear un momento para ti. Un momento donde no hay nadie exigiéndote. Donde no se espera que produzcas, resuelvas ni rindas. Solo estar contigo. Cuando lo haces desde ese lugar, desaparecen la pereza, la comparación y la presión. Se convierte en tu espacio.

 

Hábitos que ayudan más que cualquier producto

 

Tu piel es el reflejo de tu estilo de vida, y aunque los productos ayudan, hay hábitos que marcan la diferencia real:

  • Dormir suficiente: el descanso nocturno es cuando tu piel se repara.
  • Hidratarte desde adentro: el agua no es mito. Si no estás tomando suficiente, se nota.
  • Comer balanceado: frutas, vegetales, grasas buenas… todo influye en tu piel.
  • Moverte: no por estética, sino porque el ejercicio mejora la circulación y ayuda a eliminar toxinas.
  • Reducir el estrés: meditar, escribir, hacer respiraciones profundas. Todo lo que calme tu sistema nervioso, también calma tu piel.

 

No tienes que hacerlo perfecto, solo constante

 

Empieza donde estés. Con lo que puedas. Lo importante no es cuántos pasos sigues ni qué tan “experta” eres. Lo importante es que, poco a poco, conviertas el cuidado de tu piel en una forma de reconectar contigo.

 

Si un día fallas, no pasa nada. Al día siguiente, vuelves.

Si hoy no tienes energía para más que lavarte la cara, haz eso.

Y si mañana te dan ganas de aplicarte una mascarilla mientras escuchas música, disfrútalo.

 

Las excusas para no hacer skincare no son fallas personales. Son bloqueos normales que todas enfrentamos. Pero cuando las miras de frente y cambias el enfoque, dejan de tener poder.

 

No necesitas tiempo infinito, ni saberlo todo, ni tener la piel perfecta, ni motivación constante.

 

Solo necesitas una razón: tú misma.

Haz del skincare un acto de cuidado, no de obligación.

Tu cuerpo: tu templo, tu ritual

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